martes, 9 de septiembre de 2014

Tu razón, mi razón

Creo que no me equivoqué del todo... (me equivoqué al fin y al cabo). Tú querías vivir, yo quería morir...y me dejaste.

A medias



Lo nuestro fue un acuerdo a medias. Y digo a medias porque nunca supe de tal acuerdo. Nos mirábamos a medias. Yo miraba esos detalles tan tuyos, esos lunares y esas manos, y esos ojos en busca de un te quiero algo promiscuo. Tú mirabas de mi ese cuerpo tan tuyo también desde el principio.

Nos descubrimos a pedazos, primero en un fuerte deseo de devorar cada instante, o de devorarnos sin preocuparnos que quedaba luego de cada festín. Luego con calma por sentir, por descubrir lo que nos unía mucho más allá de todo. Encontrar que nuestra práctica había construido una teoría y hasta un examen diario que superábamos con nota. Y al final, con mucha prisa por juntar cada trozo, nos quedamos como obsoletos al ver que habíamos perdido más de la mitad por el camino. Perdí tu pieza, esa que te hacía perfecto. Tú perdiste aquella mía que me hacía única.

Se me hace raro pensar que tú ya no estés sobre aquel colchón, por lo menos no conmigo. Después de cocinar sin seguir ni una de las recetas que debíamos hacer, cuando te abalanzabas sobre mí en busca del postre, aquel tan dulce, y tan precocinado a veces. Con esa marca que podía hacer que sintiera cada latido de tu cuerpo. Aquellas tardes de aventuras, sin saber dónde íbamos a acabar ni por dónde empezar. ¿Tú recuerdas algo? Me contestarías con apenas tres palabras. De sobrado para ti, insuficientes para mí.

Mi porvenir me recuerda que debería hacer algo más por mí. Pienso comerme todo aquello que tenga que ver contigo, a ver si algo me quita este “nosequé” que me repite que una vez más, yo me quedé a medias

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Mi sentido y mi razón fueron mucho mas allá contigo. Sólo por eso deberías recordarlo. Recordarme. No olvidar que fuí YO quien te llevo tan lejos como quisiste.
Llevando el pasado a cuestas, arrancando sonrisas de una mera facción de escucha.

Ya te viví mas atrás. Tenías otra cara, otra alma, otra voz. Pero la misma sed de mis latidos sonando como una canción fúnebre. Puede que estemos echos para ello, para sufrirnos y para gastarnos.




Puede que fuese suficiente en algún momento. Ahora ya no sé dónde ir. Si huir de tus labios o dejarlos medio mordidos. La dulzura ya no me adorna ni me cobija. Sólo me señala aquél rincón de donde nunca debió salir. Podría mirarte y mirarte y mirarte...y nunca saber poner punto y final.  Y de nada, salvo del mundo, y de nadie, salvo de ti. 

¿Ahora sabes qué guardas? Con tus llaves, mis inviernos; tus veranos, mis pecados; en tu huida, mis llantos. 

Roza mi aliento. Piensa mi boca. Pequeña y rota de tus besos. Aún así repetiré.

Hoy no es día de enamoramientos. Quiero mi cuento. Te quiero a ti. Implacablemente para mí… a ti. 


martes, 11 de septiembre de 2012

EL QUE ROMPA, PAGARÁ

                        

martes, 4 de septiembre de 2012

¿Cuándo sabemos que empieza una nueva etapa en nuestras vidas?  Eso dicen en las películas, y en los libros, ¡y siempre me lo he preguntado! "A partir de hoy, empieza una nueva etapa en  mi vida", que manera de parar el mundo y decidir cuando y como empieza y terminan las cosas. Siempre envidiaré la gente que tiene ese control sobre si mismas, sobre su vida. De mi, tiran la mía, así como los momentos y las fases de ella. No se poner fin ni comienzo. No se dar un buen título y escoger a los personajes sin estar ya lidiando con ellos. Demasiado aprisa ocurre todo. Cuando todavía me abruma el pasado, el futuro ya quiere enamorarme. Creo que viviré un eterno desamor y a su vez encaprichada del destino, casi sin saberlo, pero siempre sintiéndolo al cien por cien. Sin pararlo, sin darme cuenta de que pasa, simplemente rozandolo.