viernes, 27 de abril de 2012

A veces es necesario

Hay ocasiones en las que hay que obsesionarse. Y no, yo no soy una obsesionada del fútbol, ni colecciono cosas, ni toco un intrumento o destaco en ningún deporte. Pero creo que no hay nada mejor que esa obsesión por la vida, que hace que te haga cosquillas solamente pensar que grande es el mundo y las ganas que tengo por hacerlo mas pequeño antes mis ojos, por ver cosas, por vivir cosas, momentos y locuras. Tengo que admitir que no siempre tuve esa decisión tan clara, esa fuerza para vivir que ahora me empuja a diario.

Por otro lado estan las personas.... si.... creo que también soy una obsesionada de las personas. Quiero conocer cientos, miles de personas, escuchar lo que me quieran contar y fascinarme como una niña pequeña. Lo que más me gusta de una persona es la capacidad que puede tener para sorprenderme, no digo que tenga que hacer nada especial, ni hacerlo queriendo, simplemente dejarse llevar... y aunque normalmente es mucho mas fácil de lo que parece etiquetar o calar a una persona, y ya por lo tanto ningun acción suya te llegue a sorprender (por lo menos a mi me ocurre), hay veces, que la vida te hace cruzarte con alguien que, no sabes cómo y sin esperarlo, hace, dice o sucede algo por lo que te sorprende. Es como si hubieras bajado la guardia y de repente te vieras desarmada, pero mucho mejor.

Desarmada por alguien...  Si, indudablemente soy una obsesionada con las personas y la vida. Porque para ciertas cosas hay que dejarse la piel y el alma. Y por estas, merece la pena.

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