martes, 26 de abril de 2011


Son el susurro de sus arboles, la poesía de sus verdes hojas, el olor a musgo que aun en primavera invadiendo acera me pregunta porque no volví antes. Es su calle, extrañamente familiar, que me recuerda la inocencia que allí se quedo, una parte de mí, una parte de todos los que quiero. Es mi pasado, suplicando al presente presionándolo para que el olvido no me haga borrar esa ría, ese acento, esa lluvia, ese cielo gris… y que inconscientemente pide al futuro un regreso, que, no puede ser, que tengo que negar o por lo menos aplazar hasta que la vida se apiade de ese pequeño deseo. Empecé de una forma especial entre sus brazos, con prisa por empezar a andar por sus calles, con prisa por nacer, y cuantas veces a parecido no importarme, ¿en qué ocasiones lo olvide?  No acabes, no te rindas, volveré a ti, volveré a verte, a recorrerte, volveré a casa. Es mi principio, y será hasta el final, mi tierra.


3 comentarios:

  1. Es la morriña del que se va. Y lo bien que huele tu tierra cuando vuelves.

    :D

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  2. lo que no sé..es si nos llevamos los lugares y gente con nosotros, o es que nosotros vamos dejando trocitos de alma a nuestro paso??

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