sábado, 12 de marzo de 2011

Como robarle algun beso rojo al atardecer

Y acabas siendo estatua, presa de una inocencia que siempre crees haber perdido y vuelve de nuevo. Y la gente corriendo, corriendo por salvar sus vidas, locas por conocer a aquel o aquella, por borrar aquel beso y regalar otros mil más, y cubrir sus noches con una sábana vacía y fría al mismo tiempo, que pide como si de una llamada de auxilio se tratase, una salida. Y tú, deseando que termine ese momento en el que desearías saber que hacer.
-¿Cuándo llegaste?
-Nunca me fui, nunca volví…siempre estaba esperando a que tu mirada se cruzase conmigo.
-¿Por qué no tiemblan tus manos? ¿Por qué sabes como mirarme? ¿Por que no tienes miedo a fastidiarla? Por qué tengo yo que estar tan jodidamente nerviosa y tú ahí… como si pareciese actuado, como si pareciese que te has leído la historia y sabes como termina.
-¡Venga ya! Es simple. Levo toda una vida esperando este momento, no esperarás que sea tan tonto y permita que algo tan insustancial como son miedos y nervios me lo estropeen. Solo quiero disfrutar del momento…
-¿Disfrutarlo? ¿Por qué tardaste tanto? Ahora ya no sé que hacer…
-¡No tardé! ¡Es el tiempo quien tardó! Yo no pude ser más rápido en pensar en ti. Lo hago casi como una costumbre, como un estilo de vida. Desde que tengo uso de razón, eres mi objetivo, todo lo que quiero llegar a ser consiste en ti. Y eso sin siquiera saber de tu existencia. Por que lo sé que eres mi destino, desde siempre. Y este instante lo estoy disfrutando porque cuando tiene que ver contigo, puedo sentirme feliz en casi cualquier circunstancia. ¡Eres TÚ! ¿Que más motivos necesito? ¿Y sabes? No tienes que hacer nada, ni siquiera lo tengo que hacer yo. Ya estamos juntos, ya nos encontramos, y a partir de ahora esta todo escrito. Todo será como robarle algún beso rojo al atardecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario